domingo, mayo 15, 2016

Los solteros y las solteras…un mercado.




Casen (Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional) mostró que entre 1990 y 2011 la cantidad de jefes de hogar chilenos que se declaran solteros, es decir, ni casados ni convivientes, ni divorciados ni viudos, aumentó de 211 mil a cerca de 750 mil. De estos, 526 mil son mujeres y 230 mil, hombres. Los datos también muestran que la edad en que la gente se casa se ha retrasado (2013-INE) para  los 30,4 años, en hombres, y 28,5 años, en mujeres.

Los solteros en Chile están separados en tres grupos: el primero es más exitoso, educado y de altos ingresos. Gente que vive en barrios de remodelación urbana y conoce los últimos restoranes y actividades culturales de moda. A ellos lo sigue un grupo de solteros de menores ingresos, mayores deudas y que vive en barrios que se acogen a subsidios urbanos. Ellos replican al segmento anterior en términos de consumo, pero buscando opciones más económicas. Aspiran tener un consumo tal y como el primer grupo, sin embargo, están limitados por ingresos, educación y redes de contacto. Este segundo grupo es más dependiente, menos libre y más cercano a la familia. Por último, está el segmento más relegado y masivo de solteros, el que vive en barrios periféricos, consume productos baratos y está desconectado de las tendencias mundiales. Enfoca sus esfuerzos en la ayuda para su grupo familiar y se diferencian enormemente del primer grupo, que se concentra principalmente en la satisfacción de un individuo.

Hoy, para las mujeres establecer una relación no es una decisión fácil. Tienen más expectativas, a los 25 años piensan en trabajar, acumular algo de capital o recorrer el mundo. Desde 2008, las mujeres superan a los hombres en la cantidad de matrículas en carreras de pregrado y hoy en estudios de postítulos los duplican, 16.521 contra 7.481. Algo que en términos de emparejamiento puede no ser tan buena noticia. Se sabe que en la medida en que aumenta el nivel educacional de las mujeres tienen más probabilidades de quedarse solteras. Los hombres, en general, se casan con personas de igual o menor nivel educacional. Entonces, una mujer con doctorado que sale a estudiar afuera y vuelve tiene menos posibilidades.

La capacidad de compra de los solteros en Chile se siente y  los supermercados se han tenido que adaptar especialmente con la venta de productos ‘uniformato’ que antes eran muy difíciles de encontrar, como el rollo de papel higiénico unitario o cajas de huevos de dos unidades. La existencia de los “solos” se ha notado en los restoranes, la comida preparada y el delivery.

Otro de los ámbitos de los solteros son los viajes. La mayor disponibilidad de dinero y menos ‘ataduras’ o compromisos los hacen un segmento ideal para reaccionar con rapidez a buenas promociones u ofertas de último minuto, que desde hace cinco años se siente con más fuerza. Profesionales sin hijos y con poder adquisitivo, que invierten tiempo y dinero en viajar a su gusto y sin mayor compañía que su teléfono y su iPad. Los solteros también influyen en mercados como el tecnológico y el auge de las aplicaciones para buscar pareja, como Tinder. 

Otra expresión de los solteros es el mercado inmobiliario, el que en los últimos años se ha adaptado a la gran cantidad de personas que viven solas. Los solteros que viven solos pasaron de ser poco más de 79 mil en 1990 a 308 mil, en 2013. Alrededor de la mitad de ellos son hombres y 142 mil, mujeres. Según datos de Euromonitor, Chile es el país de Latinoamérica donde más aumentaron porcentualmente los hogares unipersonales entre 2010 y 2015.  Si entre los 30 y 50 se construían casas grandes, pensando en la familia extendida, en los 80 se pasó a los clásicos con tres piezas y 70 m2, y hoy lo que más se ven son los funcionales departamentos de no más de 40 m2.

Según un estudio, el 41 por ciento de los solteros que cotizan está buscando un departamento para vivir solo. Se trata de personas de hasta 39 años de edad -53 % son hombres y 47 %, mujeres- que quieren independizarse comprando su primera propiedad, pero para vivir ahí poco tiempo: entre tres y cuatro años. Los solteros buscan departamentos que estén bien ubicados, idealmente cerca del Metro, y conectados a buenas vías de acceso y servicios.  Pero aunque viven solos y aún no forman su propia familia, este grupo sigue siendo parte de las dinámicas de sus familias de origen. En instancias como el almuerzo del domingo son muy importantes, ya que los hace seguir sintiéndose parte de ese núcleo

No hay comentarios.: