miércoles, septiembre 21, 2005

A propósito de “una carta”

Maurice Marsal cuenta la siguiente anécdota: "¿Qué sabes hacer?", preguntan a Diógenes, apresado y vendido por unos piratas. "Mandar a hombres", responde; y añade, dirigiéndose a su interlocutor: "Pregunta si hay aquí alguien que desee comprar un dueño".

El juego del poder se ve en las grandes acciones y también en los pequeños detalles que es donde se encuentra la verdadera intención que encierra la lucha por ese poder, convirtiéndose en un medio para obtener beneficios para unos pocos. La aspiración de poder es el elemento distintivo de los “políticos profesionales”.

Es difícil entender las causas e intenciones, a veces disimuladas, que mueven a ciertos individuos a actuar de determinada forma y, por consiguiente, comprender la esencia de la disonancia entre las opiniones que se manifiestan verbalmente y la conducta que se observa en la vida real.

La voluntad de poder es la expresión más significativa del sadismo y no tiene su fundamento en la fuerza del individuo sino en la debilidad expresada en la incapacidad del individuo de experimentar la vida de una manera espontánea y amable.

“ ..... la persona sadomasoquista se caracteriza siempre por su peculiar actitud hacia la autoridad. La admira y tiende a someterse a ella, pero al mismo tiempo desea ser ella misma una autoridad y poder someter a los demás” (Fromm, Erich, p. 188, 1982)

El autoritarismo utiliza muchos disfraces para ocultar sus impulsos destructivos hacia los otros: amor, deber, igualdad, conciencia, patriotismo, unidad, dignidad y muchos otros medios.

“Predicadores de la igualdad, lo que os hace pedir a gritos igualdad no es más que el delirio tiránico de vuestra impotencia; y, de esta forma, vuestra tiránica concupiscencia se disfraza de virtud. Vanidad amargada y envidia reprimida –vanidad y envidia que quizá heredasteis de vuestros padres- surgen en vosotros como llamas y quimeras de venganza... Yo os aconsejo, amigos míos, que desconfíes de quienes se sienten tan inclinados a castigar. Son gente de mal corazón y de mala ralea, a sus ojos se asoman el verdugo y el sabueso. Desconfiad de los que se pasan toda la vida hablando de su justicia. No es sólo miel lo que falta en sus palmas; y, si se consideran los "buenos y justos", no olvidéis que, para ser fariseos, únicamente les falta el poder” (Nietzsche, Friedrich, 2000, pp.92-93).

Gorki, afirmaba que el poder es dañino para la persona. Albert Einstein decía: No hay peor veneno que el poder.

Mucha verdad tiene la afirmación: si quieres conocer a alguien, dale poder.

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